Colapso en los centros de ayuda a drogodependientes

El desmantelamiento del poblado chabolista de Penamoa, hasta ahora uno de los mayores puntos de venta de droga de la provincia, ha generado un incremento de la demanda asistencial en los centros de ayuda a drogodependientes. La Asociación Ciudadana de Lucha contra la Droga (Aclad) ha observado un repunte en el número de personas que acuden al centro para pedir asistencia. Muchas de éstas personas subían a Penamoa, pero con el progresivo desmantelamiento acuden a este tipo de organizaciones a la espera de ser tratados. Los recortes de la Xunta en materia social hacen peligrar el futuro de estas organizaciones, que dependen de estas subvenciones para financiar sus programas de ayuda.

Una residente se enfrenta a 5 años por traficar desde su chabola

 Hace poco más de un año,  cuando expiraba el convenio suscrito por el Ayuntamiento y los vecinos para la erradicación de Penamoa, se producía en el poblado la detención de una mujer que está pendiente de declarar en la Audiencia Provincial,  por un delito de tráfico de drogas.

Su arresto fue el culmen a una investigación seguida por la Brigada Provincial de la Policía Judicial y relacionada con la venta de estupefacientes; se llevó a cabo después de constatarse las operaciones de menudeo que a finales del año 2009 se llevaban a cabo en una de las chabolas del asentamiento, el domicilio de la sospechosa.

Con esto indicios, la Fiscalía ha pedido para ella una pena de cinco años de reclusión y una multa de 600 euros, ya que además del delito contra la salud pública le atribuye una falta de amenazas que tiene que ver con lo que, según la tesis de la acusación, sucedió cuando la sospechosa fue descubierta.

Los hechos, según los reconstruye la Fiscalía, se precipitaron poco antes de las doce de la mañana del 17 de diciembre de 2009. El juzgado de instrucción había ordenado el registro de la vivienda tras un seguimiento a varios compradores, y a ese fin, un funcionario policial se presentó de paisano en la chabola en cuestión. Parece que en la puerta se encontraba la hoy encausada quien, antes de que el agente se identificara como tal, lo amenazó con un palo al tiempo que le decía: “Habla, habla, ¿qué quieres, que te dé un garrotazo?”. A continuación, y siguiendo siempre la versión que maneja la acusación pública, la mujer sacó la mano del bolsillo y arrojó a un contenedor de basuras próximo una bolsaque guardaba en su ropa.

Al buscar en su interior, la fuerza actuante halló 119 euros en billetes y monedas y cocaína, distribuida en una treintena de papelinas, cuyo peso total rondaba los dos gramos y medio. Dentro de la chabola se intervinieron además otras cantidades de dinero, repartidas entre una bolsa de plástico, un bolso y un monedero, y que el fiscal relaciona directamente con la venta de droga. 

El proceso de desalojo continúa

La junta de gobierno tomó conocimiento de una nueva sentencia que estima los derechos de propiedad del Ayuntamiento sobre una parcela ocupada por una infravivienda en Penamoa y ordena el desalojo de sus ocupantes. La sentencia, la tercera consecutiva de este tipo, condena a los demandados a reconocer y respetar el derecho de propiedad del Ayuntamiento sobre dichas fincas, hacer entrega de las mismas y proceder a su desalojo.

El peligro de la droga sigue latente

El peligro de la droga sigue latente. Penamoa siempre tuvo dos caras. Una que dio mala fama al poblado, la que vende pajitas de heroína con absoluto descaro. Y la otra, la que va saliendo mal que bien adelante con la venta ambulante o la chatarra. Se divide entre los que no quieren abandonar Penamoa «porque viven de la venta de droga y no van a encontrar mejor ubicación que esa» para la prosperidad del negocio y las que sí se quieren ir, pero no reúnen las condiciones porque carecen de trabajo o papeles que acrediten ingresos para afrontar el alquiler o compra. Penamoa ahora mismo sigue siendo el supermercado de la heroína y la cocaína, el 42,3% de los clientes del poblado toman heroína y el 30,5% consume cocaína. Hay redadas policiales y controles en los accesos pero ahí sigue subiendo gente a por droga, porque “ahora con la Tercera Ronda se lo han puesto fácil". Esta vía periférica de seis carriles está terminada en la zona, aunque al no tener conexión útil con la carretera vieja de Arteixo no pasan coches, pero facilita el tránsito hacia el trapicheo. Hace unos meses, en un ático del barrio, la Policía Nacional descubrió un laboratorio de elaboración de estupefacientes. Como apuntan los miembros de la plataforma vecinal “mientras quede una chabola, habrá gente en el poblado y mientras
haya gente existirá el trapicheo y la droga en la zona”.

Apenas quedan 40 familias pero los vecinos no pueden más

Hace treinta años se formó un núcleo de chabolas a las afueras de A Coruña. Más de 200 familias convivían entre la miseria, las ratas y las drogas. Ahora quedan los restos de lo que fue el poblado más grande de Galicia: escombros de lo que fueron las chabolas de muchos; niños jugando entre jeringuillas; y drogadictos pinchándose su dosis; Hacia el poblado se produce un goteo constante de consumidores que acuden a todas horas a comprar droga.
Muchos de los que nacieron allí todavía resisten, nacer en Penamoa marca, pero también deja huella en los vecinos de alrededor, los del barrio del Ventorrillo, que llevan años luchando por un Penamoa libre de drogas, aunque parece que ese final está cerca, para ellos todavía está muy lejano...
El Ayuntamiento de A Coruña, a través de su Concejalía de Servicios Sociales ha desalojado a un centenar de familias y aseguran que los que quedan ya han recibido la orden judicial para abandonar el lugar. Esta limpieza de Penamoa se debe a las obras de la tercera ronda de A Coruña. Una circunvalación que parte el poblado, o lo que queda de él, en dos. De ella ya se han arrancado las farolas, los cables, y en su recién estrenado asfalto yacen los restos de las dosis consumidas y todavía ni rastro de coches.
Los jueces ya enviaron las notificaciones para exigir a los chabolistas que residen en Penamoa que abandonen el poblado. Las familias que se negaron a ser realojadas y que viven en el asentamiento están recibiendo, según el alcalde, los escritos procedentes del juzgado para que desalojen la zona., en unos dos meses como mucho, ya no quedará ni rastro de Penamoa. Pero plazos similares se han dado a lo largo de los años, y no se han cumplido. Los vecinos ya no creen en las promesas de los políticos.
El fin se anunció en 2002, en julio se anunció que un tramo de la Tercera ronda pasaría por Penamoa. Entonces había 70 familias que con el paso del tiempo fueron aumentando.
El Ayuntamiento inició en 2002 el realojo de familias y el derribo de chabolas. El proceso se paró con los primeros pasos del proyecto de la ronda. A día de hoy 69 familias de etnia gitana han sido realojadas en las zonas más consolidadas de la ciudad y en pisos protegidos de los ayuntamientos del entorno. Quedan, según los últimos datos del Concello, otras 10 por hacerlo antes de que acabe el año, pero hay unas 20 que no se adhirieron al plan municipal y los vecinos han contado hasta 40.

Se demora el desmantelamiento del poblado

Los vecinos cercanos insisten en que sigue el trapicheo de droga y que quedan 40 chabolas.El Concello de A Coruña apunta que faltan diez familias aún por integrar.El resto serán desalojadas.
La Plataforma por el desmantelamiento del poblado chabolista de Penamoa sigue vigilante y exigente. Hasta que la última vivienda infrahumana exista en el lugar, los vecinos del coruñés barrio del Ventorrillo lo denunciarán. El peligro de la droga está latente, a pesar de que 69 familias de etnia gitana han sido realojadas en las zonas más consolidadas de la ciudad y en pisos protegidos de los ayuntamientos del entorno. Quedan, según los últimos datos del Concello, otras 10 por hacerlo antes de que acabe el año, pero hay unas 20 que no se adhirieron al plan municipal.

Por esto, los miembros de la plataforma aseguran que no están conformes, que esta dilación en el tiempo es una falta de credibilidad de la acción del Gobierno municipal, ya que cuando se formó la comisión de integración al inicio de la primavera de 2008, el alcalde Javier Losada puso, como fecha límite para erradicar el asentamiento chabolista, el 31 de diciembre de 2009.

Pero el pasado 11 de junio dicha comisión de integración dio por concluida su labor. En ella fue donde se marcaron los itinerarios a seguir por cada familia -escolarización para los niños y educación básica, comportamiento social y clases para obtener el carné de conducir para los mayores, entre otras cuestiones- con objeto de formar parte de los vecindarios de los distintos barrios. No obstante quedaban entonces 18 grupos humanos, y en cuatro meses, sólo se les encontró ubicación a 7 de ellos.

Callejeros estuvo en el Poblado